Revista Cidob d\'Afers Internacionals

Adaptación social de las pandillas juveniles latinoamericanas en España

por Juan Pablo Soriano Gatica

Revista Cidob d\'Afers Internacionals nº 81, Marzo / Abril 2008

Adaptación social de las pandillas juveniles latinoamericanas en España. Pandillas y organizaciones juveniles de la calle

Juan Pablo Soriano Gatica*

*Profesor Asociado de Relaciones Internacionales, Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Miembro de la Red de Análisis sobre Maras y Pandillas del Centro de Estudios y Programas Interamericanos, Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

JuanPablo.Soriano@uab.cat

RESUMEN

En este artículo se hace un breve repaso de la evolución del fenómeno de las denominadas “bandas latinas” en España desde finales de la década de los noventa. La aparición de estas nuevas organizaciones juveniles de la calle ha estado estrechamente vinculada a la llegada masiva de miles de jóvenes latinoamericanos a España en la última década, y a los retos de integración que ello ha supuesto tanto para la sociedad de acogida como para los jóvenes recién llegados. Desde el ámbito de la política pública, en España se han desarrollado dos aproximaciones para hacer frente al fenómeno: una más orientada a la represión que a la prevención; y otra, denominada “modelo Barcelona”, que ha impulsado un proceso de normalización e integración de estos grupos a la sociedad española. La segunda opción permite la actuación coordinada de diversos actores sociales y puede servir de guía para desarrollar iniciativas similares en algunos países de Europa y América Latina.

Palabras clave: España, inmigración, juventud, exclusión social, intagración, América Latina, experiencias concretas, violencia

En España, las organizaciones juveniles de la calle, denominadas popularmente pandillas, no son un fenómeno nuevo, pero la llegada de cientos de miles de jóvenes inmigrantes en los últimos siete años ha generado nuevas organizaciones de este tipo y, en algunos pocos casos, también nuevas manifestaciones de violencia urbana. Estas organizaciones de la calle han sido bautizadas como “bandas latinas”, aunque, en realidad, la razón de ser de casi todas no está relacionada directamente con ejercer la violencia, ni con llevar a cabo actividades criminales, como tampoco están integradas únicamente por jóvenes latinoamericanos. Estas nuevas organizaciones juveniles (Latin Kings, Ñetas, Dominicans Don't Play, Trinitarios, por citar las más conocidas) tienen características y orientaciones muy distintas: pertenecen a ellas hombres y mujeres jóvenes y adolescentes, con residencia legal e ilegal en España; son personas que están estudiando, que trabajan o que están desempleados; son individuos con reivindicaciones sociales o sin ningún objetivo más allá que formar un grupo que les permita reforzar identidades y vínculos afectivos; puede haber personas con un pasado de vinculación a agrupaciones de la calle o sin él. En estas organizaciones algunos jóvenes utilizan la violencia para resolver sus conflictos, pero muchos otros no. Están integradas por personas que nacieron en países de América Latina y también por otras que nacieron en España, en otros países europeos o en otras partes del mundo.

En las últimas dos décadas, en España la violencia juvenil ha estado asociada a organizaciones juveniles como los grupos antisistema de ultraderecha (skin heads y neoazis) y de ultra izquierda (red skins y anarquistas), a los grupos con reivindicaciones independentistas (como los que promueven la denominada kale borroka en el País Vasco), o a los grupos violentos que se organizan alrededor de algunos equipos de fútbol (grupos ultras). Sin embargo, en los últimos años han aparecido nuevos actores: las denominadas “bandas latinas”, a las que se les vincula, muchas veces de manera injustificada, con la violencia y con actividades delictivas. Es fundamental intentar entender la complejidad de esto grupos, porque la política pública muchas veces se nutre solamente de las definiciones sobre “pandillas” o “bandas” generadas por los medios de comunicación y por casos presentados por la policía o por la ficción popular (Papachristos, 2005). Desde algunos sectores se ha querido construir una imagen de los jóvenes latinoamericanos como miembros peligrosos de “bandas”, que utilizan una “estética latina” o de “latin king” para causar miedo y controlar plazas, canchas deportivas, escuelas, así como cometer innombrables delitos.

Las denominadas “bandas latinas” son agrupaciones muy complejas y heterogéneas. Hay tres ideas que queremos defender en este artículo: [ 1 ] ) que este fenómeno no debe ser abordado únicamente desde una óptica de seguridad pública, sino que se debe enfatizar la promoción de políticas de integración y políticas de juventud (educación, trabajo, salud); [ 2 ] ) que es importante poner en marcha iniciativas de diálogo y cooperación (o fortalecer las ya existentes) entre distintos niveles de la Administración pública y distintos actores sociales (incluidas las propias organizaciones juveniles); y [ 3 ] ), que es necesario reconocer que las medidas que se adoptan en el ámbito local pueden tener un impacto regional e internacional. En este artículo intentamos hacer un repaso de la evolución del fenómeno de las denominadas “bandas latinas” en España en los últimos años: cómo ha sido percibido por la sociedad, cómo ha sido estudiado por algunos académicos y cómo ha sido abordado por algunas administraciones públicas. En muchos sentidos se puede decir que este trabajo se realiza a partir de observaciones personales, y que no es un estudio “a fondo”, ni de las organizaciones juveniles (hay estudios especializados que se mencionarán más adelante), ni de las respuestas que las administraciones públicas han generado (hay otros artículos al respecto en esta publicación).

Para hacer este balance del estado de la cuestión, creemos que es importante, en primer lugar, contextualizar la situación de España en el marco europeo; específicamente respecto a otras situaciones de exclusión social y violencia en que viven muchos jóvenes inmigrantes, o hijos de inmigrantes en Europa. Es importante destacar que España no es el único país eur

NOTAS

  • [ 1 ]

    Para un análisis de los disturbios en Francia, véase el trabajo de Susan Ossman y Susan Terrio (Ossman y Terrio, 2006). De acuerdo con estas autoras, los disturbios han generado una reconceptualización de los espacios de peligro, cultura, territorio y soberanía y de sus vínculos con nuevos procesos migratorios y de una “cultura de la pobreza” a escala internacional.

  • [ 2 ]

    El informe se refiere a grupos de jóvenes delincuentes que regularmente rompen la ley e intimidan a sus comunidades. Muchos de los miembros de estos grupos toman habitualmente drogas, llevan armas y han estado involucrados en actos violentos, así como en la destrucción de propiedad pública y privada. Más de un tercio han cometido por lo menos un delito serio: robo a personas, robo de coches, venta de drogas, violencia física contra otra persona, entre otros, durante el año anterior. Uno de cada ocho ha llevado un cuchillo, pero sólo uno de cada 100 ha llevado una pistola. En importante destacar que la pandilla tiene un promedio 15 miembros. Véase “Almost have a million children belong to law-breaking gangs, Home Office warns”. The Independent (1 de junio de 2006). P. 8.

  • [ 3 ]

    “Calls for tougher knife laws alter boy, 15, killed”. The Independent (19 de marzo de 2007) (http://news.independent.co.uk/uk/crime/article2371567.ece) [Página consultada el 08.10.07].

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